Luego del incendio que hubo, solo se pudo salvar 35 minutos de los 69 que originalmente tenía My Best Friend's Birthday, primera película de Quentin Tarantino. Debido a su corta duración fue considerada cortometraje.
Reservoir Dogs es considerada oficialmente como opera prima del director y es con esa película, este alcanza la fama y el culto que hasta ahora se le sigue atribuyendo. La película es completa, es perfecta donde se le vea, tiene de todo: un guión jodidamente loco cargado de diálogos lleno de humor negro del bueno, las actuaciones más notables y recordadas sobre ladrones, un soundtrack delicioso, un elenco de lujo donde todos brillan y una combinación poderosa de thriller y acción.
Es cierto que la película fue un cague de risa de inicio a fin, pero si me dijeran qué escena fue la mejor, me volvería loco y dijera: “¿Solo una?, la puta madre, dame dos”. Y bueno, son las siguientes:
El inicio, aquella conversación casual entre ladrones, ladrones con mucho sentido del humor por cierto, hablando sobre música, especialmente de “Like a virgin” de Madonna, cada comentario, cada opinión del origen de esta canción, cada explicación, cada mierda que salían de sus bocas era lo más insólito que se haya podido escuchar. Jodidamente brillante.
Y la segunda sería sin duda la escena en el almacén entre Mr. Blonde (Michael Madsen) y el policía, esa mierda sí que fue brutal, nunca había visto tanta demencia en un ladrón, a este le importaba un carajo la verdad, lo único que quería era disfrutar del dolor, el dolor ajeno por cierto, disfrutar torturando a un “inocente” policía. Jodidamente demencial.