sábado, 19 de diciembre de 2015

Casablanca (1942)

8 nominaciones.
3 Oscars: Mejor película, Mejor director (Michael Curtiz) y Mejor guión.

“Siempre tendremos París”, es la frase más representativa de Casablanca y una de las más inolvidables si hablamos del cine en blanco y negro. A diferencia de otras películas que tratan sobre la Segunda Guerra Mundial y tocan temas de patriotismo, cobardía, injusticia, temor y odio, esta película es especial ya que nos sumerge en el romance más sincero e incondicional, cada palabra escupida por Humphrey Bogart (Rick Blaine) e Ingrid Bergman (Ilsa Lund) es poesía pura, cada frase que emanaban era una cita para el recuerdo: “El mundo se derrumba y nosotros nos enamoramos”. 

El elenco estuvo bárbaro, juntando a una dupla inigualable: Bogart e Ingrid Bergman; por otra parte, sería mezquino no mencionar a Paul Henreid (Victor Laszlo) y Claude Rains (Captain Louis Renault) que hicieron posible redondear la idea. Es cierto que esta vez Ingrid Bergman sobreactuó demasiado, pero bueno, después de todo creo que fue necesario, a ella se le perdona todo. 

El personaje Rick es el mejor galán que se haya visto en la historia del cine: un tipo atractivo, dueño de un próspero negocio, amigo de las autoridades y un seductor nato. Dicen que no todo lo que brilla es oro, a pesar de todo lo ya mencionado tiene una gran debilidad: Ilsa Lund, una chica que conoció en París y se convirtió en su motivo de vida y posteriormente en esa coraza que odia el mundo, que lo hizo frío y egoísta. Me despido con esta frase: "Si tuviese tiempo de pensar en ti, posiblemente te despreciaría”.

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