lunes, 31 de octubre de 2016

Enemy (2013)

Ninguna nominación al Oscar.

Es una película de aquellas, difícil de pasar desapercibida, tan controversial y polémica, una de esas que puedes odiar o amar y que es imposible de darle una sola interpretación. Para muchos es una película lenta, pretenciosa e infumable; para otros, y me incluyo, una obra maestra, deliciosa en ritmo, una perfecta mezcla de intriga y drama psicológico con un guion impecable e interpretado notablemente por Jake Gyllenhaal.

Estimados y cultos lectores recomiendo abandonar esta pseudo crítica si es que aún no la han visto. Esto va para todos aquellos que no entendieron ni mierda o posiblemente no entendieron el final. 

Aparentemente la película trata sobre un profesor de universidad que por cosas del destino ve una película donde un actor de reparto es idéntico a él. Sé que muchas personas –yo también lo creí al principio– piensan que ambos personajes son diferentes personas, con vidas distintas y que se conocen entre sí y su vida cambia radicalmente. Hay dos escenas claves que demuestran que la historia no es tan simple: primero, la escena final donde la mujer del actor ingresa a un dormitorio y el profesor que supuestamente finge ser el actor ingresa al mismo lugar y ve que la mujer se convierte en una araña gigante inflable. No es que la mujer haya mutado, esto es una explicación que el actor y el profesor son la misma persona y que esta persona está jodidamente insana, mal de la cabeza, enferma. Si uno es de esas personas que no pierden ningún detalle de lo que ve, recordará la escena inicial donde vemos al personaje interpretado por Jake Gyllenhaal (no se sabe si el profesor o el actor, porque son la misma persona) ingresa a un club nocturno donde además de encontrarse mujeres bailando desnudas, el show incluye la aparición de una araña de gran tamaño. Ese mismo animal es visto en la escena final pero en vez de real en forma de muñeco inflable, esto demuestra que sus miedos y obsesiones atacan su cordura y se apoderan de su mente. “¿Qué?”, dirán ustedes, ¿En verdad era un loco de remate? La respuesta es sí. Y para los que siguen pensando que no es así, repasaremos la segunda clave: en una escena el profesor va a la casa de su mamá y le pregunta si tiene un hermano, él pensaba que podría ser su hermano gemelo, pero está le dice que no y que no vuelva a hablar del tema. En verdad ella ya sabía que su hijo tenía trastornos mentales y que posiblemente piense que ve a una persona idéntica a él. Para confirmar todo lo ya dicho, la mamá finaliza: “No quiero que sigas con eso de actuar en películas de tercera”. Lo dicho por ella confirma que son la misma persona que normalmente es un profesor de universidad, tranquilo y aburrido, pero también tiene una personalidad ruda donde es un actor de tercera y que es un mujeriego. La novia del profesor (Mélanie Laurent) en verdad es la amante. La mujer embarazada (Sarah Gadon) es la esposa, ella ya sabía de sus infidelidades por eso en una escena le dice que si la sigue viendo y también sabía de su doble personalidad, cuando ella va a la universidad y lo ve y este le conversa como si no la conociera, ella se da cuenta de su locura y su doble vida. Por cierto, la historia no es lineal, en verdad son escenas desordenadas para causar impresión en el espectador y confusión, claro está. La escena del accidente donde posiblemente la amante muere, el protagonista se salva pero gana un pequeño recuerdo: una cicatriz (la misma marca que tenían el actor y el profesor). Antes de eso, hay un escena de sexo entre ellos y es el móvil de la discusión, ella se da cuenta que él tiene una marca de un anillo en su dedo, que es casado, ella tampoco sabía de eso. Posiblemente luego de aquel accidente comiencen los problema mentales del protagonista y sus miedos lo atormenten y que esa película donde él ve a un tipo idéntico a él es un engaño de su mismo cerebro. La fotografía que el profesor utiliza para stalkear al actor y ver si son idénticos, aparece en la parte final, en la casa del actor pero no por la mitad, si no completa. Tanto el profesor y el actor tenían la misma fotografía pero en diferente estado.

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