Charlie Brooker deja atrás la sátira para presentarnos un episodio más humano, siguiendo con la misma temática sobre tecnología. Lo que al principio parece un guiño a Her de Spike Jonze, se profundiza al materializar la voz del programa en un aparente androide que será el móvil de los problemas de la protagonista (Hayley Atwell) y de la reflexión del espectador.
¿Si pudiéramos tener un androide de un ser querido que ha fallecido, sería justo? ¿Para qué lo haríamos si no es la misma persona? ¿Si le enseñamos su comportamiento sería divertido? ¿Podríamos mostrarlo frente a los demás? ¿Sería normal todo eso en un futuro lejano? ¿Qué es lo que haríamos?
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