sábado, 8 de octubre de 2016

Black Mirror: Fifteen Million Merits (TV)

Aunque es perfecta en fotografía, es infinitamente inferior al primer episodio ya que las primeras partes (comienzo) fueron un poco aburridas y difíciles de digerir. La crítica esta vez va al consumo de programas basuras y reallity shows, de la tecnología como esclavitud invisible y de un régimen autoritario. 

Ahora es necesario explicar cada cosa por separado. Nos trasladan a un futuro distópico donde las personas son adictas a la tecnología, viven en una especie de dormitorio pequeño donde las paredes son pantallas. Este extraño dormitorio es una simbología a la prisión donde estamos encarcelados por la tecnología, realmente no podemos ir a un lugar donde no haya internet, no concebimos la idea de no tener celular, somos esclavos de cosas que antes no usábamos ni necesitábamos.

Se pasan todo el día consumiendo programas basuras y reallity shows. Para seguir viendo los programas tienen que ir antes a un gimnasio en especial, donde tienen que pedalear una bicicleta estacionaria la cual te permite acumular puntos, mientras más puntos más basura pueden ver. Lo extraño es que los comerciales que pasan son de visionado obligatorio y si deseas no verlos o pasártelos tienes que perder algunos puntos. Realmente es un sistema impuesto por algún estado autoritario con influencias de comunismo, vemos que las personas no trabajan, que sobreviven con lo que pedalean. La bicicleta estacionaria reemplaza las grandes empresas donde los empleados eran esclavos pero con sueldo. La deshumanización ha llegado demasiado lejos en ese futuro distópico donde la sociabilización ya es cosa del pasado. 

Por último, nos platean un tema de conformismo, de hacer cosas que no te gustan por dinero o mayores comodidades. Temas que nunca cambiarán al parecer. Si vemos como comienza el protagonista que vive en un dormitorio pequeño, al final termina en un edificio, en un departamento amplio y con una agradable vista, todo por pasarse al lado oscuro y ser parte de lo que odiaba.

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