martes, 1 de noviembre de 2016

The Shooting (1966)

Ninguna nominación al Oscar.

Sin lugar a dudas es una película digna de ver ya que tiene infinidades de aspectos interesantes pero también otros sin sentido y hasta estúpidos. Es una obra maestra por donde se le vea, una película inmortal y que nunca podrá envejecer, uno de los máximos exponentes del género Western, un correcto ejercicio de venganza. La fotografía y el elenco estuvieron fabulosos, especialmente Jack Nicholson, derrochando belleza, juventud y maldad. Por otro lado, Warren Oates y Millie Perkins también estuvieron impecables. Lo mejor de la película fue esa venganza lenta, agobiante y placentera a la vez.

Como todo lo que brilla no es oro, es necesario comentar los aspectos negativos: el personaje principal llega a su pueblo y se entera que han matado a un amigo y que su hermano se ha fugado, él sabe que en cualquier momento vendrán por él y al conocer a una misteriosa mujer decide ir con ella, sabiendo que no debería. ¿Por qué diablos lo hizo al final? Sí sabía que esta mujer disparó a su caballo por las puras y la excusa de que se rompió la pata y ya no servía era ridícula y el mismo comprobó que el caballo estaba ileso, sin contar la herida del disparo. No hay que ser muy inteligente para saber que esa perra lo conducía a una trampa. Realmente es estúpido esa extrema bondad e ingenuidad de parte de él, pero es posible que en esos tiempos haya sido algo normal.

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