Ninguna nominación al Oscar.
Basado en el cómic homónimo de James O'Barr. Eric Draven (Brandon Lee) Un rockero que es asesinado junto a su esposa un día antes de su boda. Como dijo la voz en off al principio: “La gente creía que cuando alguien muere, un cuervo se llevaba su alma a la tierra de los muertos, pero a veces, algo malo ocurre, y acarrea una gran tristeza, y el alma no puede descansar en paz. Y a veces, solo a veces, el cuervo puede traer de vuelta el alma para enmendar el mal”, y es así que Eric regresa a la vida un año después para tomar venganza y matar uno por uno a los responsables.
La dirección de Alex Proyas estuvo impecable, la escena en que Eric entra al lugar donde estaban todos los malechores es espectacular, 14 años después Nolan reproduciría la misma escena pero con el Joker (Heath Ledger). Ni que decir del trabajo de Dariusz Wolski, la fotografía estuvo genial, con poca iluminación, donde se podía apreciar lo oscuro de la historia.
El dato curioso es que Brandon Lee murió en una escena de la película, exactamente en la escena en que recibía un disparo de Funboy. Por falta de presupuesto, hicieron las tomas con balas reales pero sin pólvora, pero no se dieron cuenta que tenían que quitarle el fulminante. El accidente ocurrió ocho días antes de acabar de filmar la película, solo faltaban las escenas retrospectivas del departamento (los recuerdos de Eric donde es asesinado con su novia). Algunos dicen que es la maldición de los Lee (era el hijo de Bruce Lee) pero solo quedó como mito.
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