Ninguna nominación al Oscar.
Muchos se explican como una basura como The Car puede ser considerada una película de culto. Se los explicaré: para ser una película de culto debe tener un guión original, luego debe clasificarse como obra maestra o como un rotundo bodrio. En el caso de The Car, está de más decir que su guión es original, la idea del villano que es un auto negro y grande, que no tiene conductor y que es producto de una maldición india estuvo recontra pastrulo. Y bueno, es innegable que es una película mala, son esas películas que es un crimen verla por segunda vez, hay que ser un demente para repetir semejante tortura.
Tampoco hay que ser mezquinos, la dirección de Elliot Silverstein fue correcta. Los primeros minutos fueron bárbaros con aquel auto que asesinaba personas por placer, mientras sonaba el track The Car Score de fondo. Otra cosa que rescatar es el brother que hacía autostop, muy singular, muy aputamadrado, tocando con su trompeta una de las canciones que sonaba en los episodios de Bugs Bunny y su muerte, claro, es de lo mejorcito de esa mierda de película. Lo malo es que mientras pasaban los minutos se volvía más infumable. Como dato curioso, en su tiempo fue muy criticado ya que los espectadores pensaban que los diálogos y las actuaciones eran malas.
Un misterioso auto ha llegado a Utah ocasionando tres muertes, los policías del estado se unen para detenerlo, pero se darán cuenta que hay algo especial en este: no hay conductor y lo peor de todo es que no recibe ningún daño a pesar de las balas y choques que tenga. Uno a uno los policías irán muriendo hasta que deciden pedir ayuda del ciudadano más revoltoso. El fin justifica los medios, solo un gran plan logrará hacer una gran hazaña, aunque solo la victoria sea aparente.
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