Ninguna nominación al Oscar.
The Texas Chainsaw Massacre es un ícono en las películas de terror. Hay miles de películas de ese estilo, donde un loco persigue a sus victimas, pero son pocas en donde el villano es tan recordado. Quizá puedes no haber visto la película pero es imposible que no hayas escuchado el nombre de Leatherface. Y sin duda Gunnar Hansen (Leatherface) pasó a la historia del cine, personificando a ese enfermo de mierda que tenía una máscara de cuero y perseguía a sus victimas con una sierra eléctrica.
Perfecto el comienzo, con un ritmo potente y confuso, con aquel anuncio advirtiendo lo que pasó y lo que el espectador verá. Tobe Hooper sin querer creó el típico cliché de poner como victimas de un slasher a bellas chicas, con cuerpos imponentes: Marilyn Burns (Sally) y Teri McMinn (Pam) serán difíciles de olvidar para cualquier cinéfilo, en especial la escena en que Pam corre con su espalda descubierta y su minúsculo short rojo que resaltaba ese enorme trasero, gritando como loca.
Un grupo de amigos se dirige a Texas para ver si la tumba del abuelo de dos de ellos ha sido profanada. Al retirarse del cementerio deciden llevar en su auto a un extraño sujeto, al hablar con él descubren que la palabra cordura no existía en el vocabulario de los texanos. El entrar a una casa sin previo aviso fue la peor decisión de sus miserables vidas ya que se toparán con una familia de desquiciados que disfrutan torturar y asesinar a forasteros. Leatherface se encargará de convertir sus peores pesadillas en realidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario