jueves, 12 de noviembre de 2015

Chinatown (1974)


11 Nominaciones.
1 Oscar: Mejor guión original

Chinatown es uno de los máximos exponentes del cine negro y describe a este género como tal, por un lado nos muestra lo más oscuro de la sociedad y por otro, el héroe es empujado al abismo por una mujer. 

Roman Polanski a través del guión de Robert Towne nos traslada a los Estados Unidos de los años 30 y nos introduce desde el comienzo a Gittes (protagonizado de una manera soberbia, impecable e inmejorable por Jack Nicholson), un famoso detective, odiado y amado.

Un día una misteriosa mujer se acerca y le dice que investigue a su esposo Hollis Mulwray (Darrell Zwerling), un respetado ingeniero, jefe de un millonario proyecto de construcción. Ella lo acusa de infidelidad. Al poco tiempo Gittes descubre que es verdad lo de la infidelidad pero también descubre que esa misteriosa chica no era Evelyn (Faye Dunaway), la esposa de Hollis, si no era una prostituta llamada Ida Sessions (Diane Ladd) que fue contratada por alguien misterioso. 

Desde ese momento Gittes es sumergido en los más hondo del pantano, en lo más nauseabundo de Estados Unidos de esa época, como dijo Gonzales Prada: "donde metes el dedo, sale la pus", y es que la corrupción era infinita. Gittes descubre que asesinaron a Hollis ya que él se dio cuenta que el agua era mal utilizada, que alguien manipulaba esas represas, que la gente se moría de sed y había un responsable. Se entera que Hollis y Noah Cross (John Huston) eran socios y que Evelyn se casó con el socio de su papá. Lo más asqueroso y crudo fue el enterarse que la amante de Hollis era nada más y nada menos que la hermana e hija de Evelyn, ¿qué, cómo es posible eso? ¿Total, es su hermana o su hija", ella misma confiesa que fue violada por su padre, dejando atónito no solo a Gittes, si no también a los espectadores. 

El final es perfecto, Gittes confesando el crimen de Noah Cross, los policías haciendo caso omiso -nos dimos cuenta que Noah no era solo dueño de esa compañía de construcción, si no también de todo el pueblo, de la policía, de los jueces, de todo- y la muerte de la perdición de Gittes, escena desesperanzadora con una frase, una cita inolvidable, aun más trágica: "Olvídalo, esto es Chinatown"

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