viernes, 13 de noviembre de 2015

Carnival of Souls (1962)


Ninguna nominación al Oscar.

Desde que vemos que el auto del trío de rubias se cae del puente, pasa tres horas de que la gente las busca y de la nada aparece Mary Henry (Candace Hilligoss), ya podemos suponer como acabará la película. El gran mérito de Herk Harvey es que de una historia un poco predecible logra envolvernos en un misterio sin igual, con una trama de buen ritmo que nos hace ser participes del desconcierto de la bella protagonista. El thriller que se respira es demasiado potente y poderoso, acompañado por el inquietante sonido del órgano que se escucha cual melodía proveniente del infierno. 

Estoy seguro que si Carnival of Souls no hubiese existido, no se hubieran filmado películas como The Sixth Sense y The Others, que comparadas con esta son infinitamente inferiores, lo siento Nicole Kidman y Bruce Willis, pero es la verdad.

El personaje principal es rico: Mary Henry es una bella muchacha, música de profesión, solitaria. Como dijo el doctor, quizá el muerto que ella veía en verdad era un simbolismo del miedo que tiene a los hombres, un miedo que la persiguió hasta la muerte. Ella no pertenecía ni al mundo de los vivos ya que era sumamente diferente psicológicamente, ni tampoco al mundo de los muertos, porque aun no se daba cuenta que ya no estaba viva.

Como dato curioso, cuando Carnival of Souls se estrenó no gozó con la debida aceptación del público, pero al pasar del tiempo se convirtió merecidamente en una película de culto. Directores como George A. Romero y David Lynch confesaron estar muy influenciados de esta película.

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