domingo, 27 de marzo de 2016

Funny Games (1997)

Ninguna nominación al Oscar.

Película de culto. El nivel de violencia, sadismo, locura y enfermedad de Funny Games es incomparable. Definitivamente no podría recomendar esta película a cualquiera, por miedo a que me tilden de psicópata. Debo confesar que me gustó. Esta mierda puede estar tranquilamente en el top de películas más perturbadoras y repugnantes.

El gran mérito de Michael Haneke es que le dio un toque diferente. Le dio su sello personal. Podría nombrar miles de escenas, pero me quedo con el comienzo de la película, cambiando la música clásica que escuchaba la familia feliz por una bulliciosa canción de metal, introduciéndonos en el nefasto futuro que iban a vivir. 

A mi criterio esta película es una parodia a las películas antiguas de explotation donde hermosas mujeres se van de vacaciones a lugares descampados, en donde son torturadas y violadas por los personajes más enfermos que se haya podido imaginar. La única variante es que reemplazan a la hermosa mujer por una familia unida y feliz. No hay mayor prueba a esto que las tres escenas donde Paul (Arno Frisch) mira a la pantalla y conversa con el espectador y también cuando retrocede el tiempo con el control remoto y evita la muerte de su compañero. Si te tomas las cosas muy en serio, definitivamente eso no es para ti.

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