8 nominaciones al Oscar.
Conmovedora y brillante a la vez. Nos hace ponernos en el lugar del indefenso John Merrick (John Hurt) y sentirnos asqueados por la estupidez y despreciable conducta humana. ¿Es justo que nos burlemos o humillemos a alguien que es diferente físicamente?, ¿existe algún animal que haga esas acciones con otro o es el ser humano el único con tamaña estupidez, así nos hacemos llamar seres racionales?
Es reconfortante que a la media hora del film descubramos que no es otra historia de seres deformes explotados en circos, si no, estamos ante una obra maestra con un final no de cuentos de hadas pero necesario. David Lynch demostró con esta película que no es un director encasillado en su surrealismo característico, también puede brindarnos chispazos de humanidad.
El reparto estuvo de lujo, así como las actuaciones. John Hurt estuvo inmejorable, fue imposible no agarrarle cariño al personaje que protagonizó. Anthony Hopkins (Frederick Treves) también hizo un papel más que correcto interpretando al doctor que le mostró la luz a ese camino oscuro del pobre "Hombre elefante". Para finalizar, la banda sonora estuvo fenomenal, en especial el track "Adagio for strings", claro está la versión original, hecha por Samuel Barber (posteriormente Tiësto hizo una versión de esa canción en versión trance, sin duda, su track más representativo).
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