Ninguna nominación al Oscar.
El guión es interesante, toca un tema tan complejo en modo de metáfora: ¿La realidad puede ser expresada en matemáticas? Cuando hablo de realidad, me refiero a todo, ya sea mercados bursátiles, religión, acciones humanas y demás cosas mundanas. Otro aspecto rescatable es la fotografía que fue a blanco y negro, detalle que nos sumergió de manera caótica a lo que le pasaba al protagonista. No voy a citar el nombre de los actores porque ellos no fueron importantes aquí, lo importante fueron las ideas.
El aspecto negativo es sencillo y de dos palabras: jodidamente complejo (quizá ninguna mente humana sabrá la verdad de todo, el que lo haga seguramente se convertirá en un Dios). Debo confesar que no soy fanático de aquellas películas que por más que trate de entenderlo, no encuentro explicación. De todas maneras, es una de esas joyitas que debes ver aunque sea una vez antes de morir.
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