lunes, 17 de abril de 2017

2:22 (2017)

Ninguna nominacion al Oscar.

Pretenciosa a más no poder. Paul Currie en su intento de hacer una obra maestra, forzó todos los sucesos, todas las escenas, para dar a entender algo que a mitad de la película ya era previsible. A pesar de eso la película se deja ver y resulta al menos entretenida. La pareja de protagonistas hicieron lo suyo, el ex mercenario de los segundos hijos de Game of Thrones: Michiel Huisman y una desconocida rubia llamada Teresa Palmer. La escena del ballet espacial fue estupenda.

Por cierto y para terminar, aquella escena en que los aviones iban a chocar, así el otro haya pasado cinco o diez segundos antes, el resultado iba a ser el mismo, con la extrema velocidad del avión que estaba partiendo, el otro iba a salir volando literalmente, pero bueno… no se les puede pedir mucho a ese tipo de películas, ¿no?

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