Esta disparatada y aputamadrara película es una de las más representativas dentro del menospreciado y poco tolerado género Comedia Absurda. El fanatismo del trío conformado por Jim Abrahams y los hermanos David y Jerry Zucker por las películas a blanco y negro sobre espionajes y por los musicales de Elvis Presley fue el culpable de esta inusual parodia que combina ambos géneros ya mencionados, dando un producto de calidad que a pesar de haber pasado tanto tiempo, se mantiene vigente gracias al culto que la gente que sabe de buen cine le sigue dando.
Realmente es un placer ver esta mierda, imposible olvidar los bailecitos y canciones de Val Kilmer parodiando a Elvis y las escenas más bizarras jamás vistas en el cine, especialmente cuando dos de los espías se disfrazan de una vaca para ingresar al castillo y uno de ellos es follado por un toro. Noventa minutos muy bien logrados, gracias a un guion original, un elenco cumplidor y una de las mejores bandas sonoras de los años 80.
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