Ninguna nominación al Oscar.
Entretenido relato lleno de violencia y buen humor. Las escenas gore fueron muy bien desarrolladas a pesar de ser una película de Serie B. La verdad no sé qué clase de drogas consumió Lam Ngai Kai para crear algo tan bizarro, muy pocas veces visto. Pero sea lo que sea, la película es un cague de risa de inicio a fin, un puto éxito.
No fue muy difícil agarrarle cariño al gran Riki (Fan Siu Wong) y acompañarlo a desafiar el corrupto sistema penitenciario de Hong Kong. Somos testigos de su injusto ingreso a la cárcel y el complot que se arma contra él debido a los valores que tenía. Riki con cada batalla se gana el respeto y admiración del espectador, estamos frente a un héroe adicto al gore, que toma justicia con sus propias manos y nos regala escenas sumamente divertidas y cómicas
Como dato curioso, la película está basada en el manga homónimo de Tetsuya Saruwatari. Por otra parte, no es la única adaptación del manga, hay una versión diferente de dos ovas: La pared del infierno (1989) y El chico de la destrucción (1990).
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