Esta efectiva combinación de Literatura Nórdica con cómics resulta, con placentera sorpresa, muy entretenido y hasta en algunas escenas emocionante. Sin duda alguna es una de las pocas películas rescatables de Marvel. Lo mejor de todo es que esta vez la franquicia no abusa de los efectos especiales y las situaciones hilarantes, en vez de eso se centran en el sólido argumento basado en una de las mitologías más legendarias, haciéndonos partícipes de la evolución del protagonista: Thor, un rubio, alto, atractivo y musculoso sujeto que es el heredero del Dios Odin, protagonizado brillantemente por Chris Hemsworth, un actor que posiblemente haya nacido exclusivamente para ese papel. Por cierto, el reparto es de lujo, teniendo a figuras de la talla de Anthony Hopkins y Natalie Portman, además de la decente aparición de Tom Hiddleston.
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