sábado, 13 de mayo de 2017

Onibaba (1964)

Ninguna nominación al Oscar.

Es de lejos la película más representativa de Kaneto Shindô y un ícono del cine japonés. Es una excelente representación del caos que puede originar la guerra y las consecuencias tan nefastas que puede conllevar: seres humanos cada vez menos humanos, cada vez más primitivos, carentes de rastros de civilización, sin valores, sin moral, sin honor, haciendo todo lo posible para sobrevivir como de lugar. 

El espectador puede apreciar en cada personaje lo peor del ser humano: dos mujeres que fueron campesinas convertidas en asesinas y rateras, un tipo que se aprovecha de la situación e intercambia comida por lo robado que le ofrecen, un tipo que abandona a su amigo por sobrevivir y tiene la desfachatez de regresar donde la madre y esposa de su amigo muerto y seducir a esta última, la injusticia de la guerra simbolizado en el soldado y sobretodo la falta de escrúpulos del personaje de la anciana. El terror está presente en la maldición de la máscara de demonio y de aquel que se lo ponga para sacar provecho. 

Al principio pensé que Onibaba era el hueco profundo y oscuro donde la gente enterraba a las víctimas asesinadas pero al transcurrir el tiempo y ver la importancia del personaje misterioso con máscara de demonio cambié de opinión. Al final no era ni lo uno ni lo otro, Onibaba en el folclore japonés es un demonio con apariencia de anciana. En la película se lo puede apreciar al ver el comportamiento del personaje de anciana y su falta de escrúpulos, valores y sentimientos: ofrecerle tener sexo a una persona que probablemente mató a tu hijo solo para sobrevivir, ser tan egoísta de no permitir que la mujer de tu hijo muerto rehaga su vida para no estar sola y no poder matar, engañar a través del miedo y terror.

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