lunes, 7 de noviembre de 2016

Marnie (1964)

Ninguna nominacion al Oscar.

Siempre es un placer ver una película del genio Hitchcock, hasta sus obras menores son grandiosas. Todas sus películas, sin excepción, son magistrales clases de buen cine. Aquella escena en que Marnie entra a la oficina de su jefe aprovechando que todos sus compañeros se habían ido y mientras ella robaba el dinero, al costado de esa oficina se encontraba una señora que limpiaba el piso, el espectador sabía del peligro y estaba ansioso de saber el desenlace de la escena, mientras que la rubia Marnie desconocía la presencia de la otra persona, esto es thriller y del bueno, una impecable demostración.

El perfecto clima lleno de thriller no es lo único bueno de esta película, la química entre los protagonistas fue esplendida, impecable, mezclando romanticismo con deseo, venganza con justicia, traumas con miedos. El perfecto desarrollo de la película hizo posible conocer aquella extraña personalidad de la rubia Marnie, una aparente cleptómana con desprecio al sexo masculino y trauma al color rojo. Tippi Hedren fabulosa de inicio a fin.

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