martes, 20 de junio de 2017

Woodshock (2017)

No había visto una película tan mala, pero tan mala, desde hace tiempo. Cultos lectores, amigos cinéfilos, seres humanos en general, existen dos tipos de películas malas, las que son un desastre a nivel cinematográfico pero entretienen y hasta son divertidos por momentos; y hay otras que son un completo bodrio, como esta. 

El peor pecado del dúo conformado por Kate Mulleavy y Laura Mulleavy es querer emular a Lars Von Trier, imitando sus planos largos, escenas aparentemente inexplicables y una naturaleza envolvente pero la idea nunca termina de concretarse ya que el guion es nulo, vacío, no hay principio ni final, las hipnóticas y desesperantes escenas del bosque no tienen explicación alguna, solo son un conjunto de alucinaciones sin representación, sin significado, creadas arbitrariamente solo con el afán de hacer cine distinto, de querer hacer una obra maestra solo por repetir el estilo de directores consagrados. 

Ni la actuación de la cada vez más envejecida Kirsten Dunst logra salvar a esta basura de ser el peor bodrio del año y por qué no decirlo, uno de los peores del nuevo milenio. Estúpida y condenadamente pretenciosa. Un dolor de cabeza para cualquiera.

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