2 nominaciones al Oscar.
Una obra maestra sin discusión alguna. Un imperdible drama basado en hechos reales. Realmente una delicia para los sentidos, a pesar de la crudeza del tema principal.
Una obra maestra sin discusión alguna. Un imperdible drama basado en hechos reales. Realmente una delicia para los sentidos, a pesar de la crudeza del tema principal.
Thomas McCarthy ya puede morir en paz, ya que jamás logrará dirigir una película superior a esta. La historia fue muy bien contada y el ritmo fue continuo, imposible perder la atención.
El reparto estuvo impecable, muchos actores que fueron ninguneados y estereotipados (Mark Ruffalo como Hulk, Rachel McAdams como la hueca de Mean Girls o Michael Keaton como Batman) demostraron su calidad y con un performance notable hicieron posible redondear la idea, hacerla creíble, lograron contagiar al público, los sentimientos de los personajes. Fue imposible no sentir pena y odio por la humanidad y reflexionar sobre muchas cosas.
Aunque la película gira en torno a un grupo de periodistas que investigan diversos casos de pedofilia por parte de Sacerdotes, el tema principal es la corrupción de la sociedad en conjunto: ya sea de la iglesia como institución que sabiendo el actuar de sus miembros, no los sancionan ni denuncian si no todo lo contrario; y también a la ley en sí, abogados y jueces que hacen oídos sordos, hasta policías que tienen miedo de apresar a los sacerdotes.
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