Ninguna nominación al Oscar.
Evil Dead 2 es tan bizarro que hasta llega a perturbar por momentos. A diferencia de su precuela, que es una indiscutida obra maestra, Sam Raimi se olvida del terror por completo y su único objetivo es hacer reír al público con escenas jodidamente pastrulas. Esta vez su humor negro sobrepasa los límites.
Evil Dead 2 es tan bizarro que hasta llega a perturbar por momentos. A diferencia de su precuela, que es una indiscutida obra maestra, Sam Raimi se olvida del terror por completo y su único objetivo es hacer reír al público con escenas jodidamente pastrulas. Esta vez su humor negro sobrepasa los límites.
Es inevitable acotar que la película es mala hasta decir basta: el guión es un bodrio, el performance de los actores es risible, los efectos visuales son sacados de las Serie B más cutre jamás filmada –del nivel de Braindead o Bad Taste– y los diálogos para el olvido. A pesar de todo lo ya mencionado, su originalidad es brillante, además que es entretenida.
Ash (Bruce Campbell), el único sobreviviente de Evil Dead, regresa a la cabaña abandonada en medio del bosque. Cuando encuentra una grabadora y decide escucharla, sin querer libera un hechizo que logra que espíritus malignos se apoderen de la naturaleza y de los seres humanos. Otra vez tendrá que sobrevivir a cuesta de todo.
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