miércoles, 21 de septiembre de 2016

La cité des enfants perdus (1995)

Ninguna nominación al Oscar.

El título y la portada es totalmente engañosa, la excentricidad de la naturaleza de la película y sobretodo su complejidad advierte al espectador que no está orientada para todo el público. Es más, en una escena aparecen prostitutas con las tetas al aire saliendo de un antro. 

El dúo francés Jean-Pierre Jeunet y Marc Caro nos trasladan a un mundo imaginario donde un tipo que tiene un problema de envejecimiento, roba niños para introducirse en sus sueños. Esto el espectador se da cuenta recién en las escenas finales, mientras que en la primera hora del metraje una serie de interrogantes pasa naturalmente en su cabeza. Es cierto que el inicio es bárbaro y hasta prometía una obra maestra notable e impecable, pero la historia se hace infumable. 

Aparte de la maravillosa escenografía mostrando una Francia llena de niebla y agua que simboliza un lugar vacío y sin esperanzas, lo mejor fue sin duda las actuaciones de los protagonistas: Ron Perlman (One) y Judith Vittet (Miette).

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