lunes, 19 de septiembre de 2016

Cube Zero (2004)

Ninguna nominación al Oscar.

Cube Zero es el claro ejemplo que no se pueden hacer secuelas ni precuelas de una obra maestra como lo es Cube (1997). En la primera entrega y versión original el tema pasaba más a la Filosofía, era una comparación de ese cubo indescriptible con la vida, donde las personas que despertaban ahí se preguntaban por qué y donde estaban ahí, como la vida misma, como el nacimiento de una persona. Las trampas que se encontraban dentro del cubo eran los obstáculos de la vida y la interrogante de qué habrá si uno sale del cubo es una comparación a que habrá después de la vida, donde iremos cuando uno muera.

En cambio, esta tercera entrega, llamada Zero es una abominación a una obra maestra, encima que tratan de explicar todo como si fuera una película de Saw, terminan destruyendo la idea de algo inexplicable y complejo. El espectador cae en la cuenta que el cubo es dirigido por una organización de científicos malos y locos que capturan a personas inocentes de manera arbitraria, sin ningún objetivo, solo por placer, por morbo, como un juego. Para eso las víctimas son capturadas por militares que tienen chips y son controlados como si fueran robots… ¡Por Dios! ¿Por qué hicieron esto? ¿Por qué la manía y el afán de explicar lo inexplicable? Maldito seas Ernie Barbarash.

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