viernes, 8 de abril de 2016

SLC Punk! (1998)

Ninguna nominación al Oscar.

Belleza en su máximo expresión. Nunca algo tan simple pudo ser tan perfecto. Esta película no tiene la mínima intención de ser pretenciosa. No habla sobre las drogas en ningún momento, no está ni a favor o en contra. No habla sobre el sistema. No trata de educar a las personas sobre esta subcultura llamada “punk”. No trata de nada. 

La única intención de James Merendino es divertir al público, a través de una historia de un grupo de chicos punk norteamericanos, contados desde el punto de vista de uno de ellos, de Stevo (Matthew Lillard) y su percepción de lo que es punk, su día a día, su concepción de la vida y sobretodo el inevitable final. No puedo decir sobre su evolución porque esas palabras serían las más nefastas, ¿acaso los que nunca fueron punk nacieron maduros?, es lo más estúpido que se puede decir. Las cosas pasan y así es el ciclo de la vida, ¿Quién no se ha rebelado contra alguien o contra algo? Que tire la piedra quien siempre ha estado conforme consigo mismo y con lo que lo rodea. 

Me despido con esta cita: "¿No sería más un acto de rebelión, si no pasaran tanto tiempo comprando tintura azul y yendo a comprar ropa punk? Se ve tan lastimoso… ¿Quieres ser un individuo, verdad? Parece que vistieras un uniforme. Te ves como un punk. Eso no es rebelión… eso es moda. La rebelión ocurre en la mente, no puedes crearla, solo eres de esa forma."

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