miércoles, 20 de abril de 2016

La pianiste (2001)

Ninguna nominación al Oscar.

Sordidez en su máxima expresión. Michael Haneke logra un perfecto contraste gracias a la belleza y elegancia de la música clásica y la enfermiza relación de la pareja protagonista, infestada de los deseos sexuales más pervertidos y obscenos jamás pensados. 

El guión está basado en la novela homónima de Elfriede Jelinek. Nos relata la historia de Erika (Isabelle Huppert), una estricta profesora de piano que enseña en el conservatorio de Viena. Vive con su madre. La relación de estas es de amor y odio. Bajo su comportamiento serio y distante oculta extrañas tendencias sexuales que salen a la luz debido a una inesperada relación que mantiene con un alumno. 

El performance de Isabelle es impecable, notable e inmejorable. El personaje que encarna está tan bien realizado que a pesar de descubrir sus más locos y enfermizos deseos, es imposible cuestionarla, ¿quién rayos soy yo para juzgarla?, ¿cómo puedo mirarla a los ojos y no tratar de entenderla? Por otro lado, Benoît Magimel (Walter) es el perfecto compañero, el complemento idóneo para redondear la idea.

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