No resulta ser tan genial como The Breakfast Club o tan disparatada como Ferris Bueller's Day Off; a pesar de eso se deja ver. Su guion tan insulso recrea un conjunto de escenas más absurda que la anterior y el personaje de la Frankestein bella y con acento inglés, lejos de ser una suerte de hada de los deseos o una máquina meramente sexual logra ser una patada en los huevos, uno de esos personajes que solo causan repudio.
Realmente al inicio pintaba muy bien, con ese distintivo toque ochentero y juvenil pero al pasar los minutos el espectador se da cuenta que está frente algo que no tiene alma propia, que está obligado a convertir a los infelices más perdedores de un colegio en los dueños de la fiesta más memorable y en encontrarles parejas, obviamente. Lo más triste es que es muy difícil congeniar con los protagonistas, nunca se explora sus miedos, sus ideales, sus sentimientos, solo son caricaturas, nunca se muestra una verdadera evolución.
En cuanto al elenco... ahí no más, con una pareja protagonista que no merece comentario alguno y una desconocida Kelly LeBrock, que cumple en ser sensual, inalcansable, pero se hunde gracias a un personaje tan odioso e irracional. Quizá lo más anecdótico de todo es ver a Robert Downey Jr. adolescente. Para finalizar, increíble que unos años después hayan echo una serie de tv sobre esta mierda... ¡increíble!
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