Ninguna nominacion al Oscar.
Si hubiera sido dirigida por otro director posiblemente hubiera sido mejor valorada, al menos por mí. Sé que las comparaciones son odiosas pero es imposible no hacerlo sabiendo que fue dirigido por uno de los mejores directores de la historia del cine como Wong Kar-Wai. Compararla con genialidades como 2046, In the mood for love, Happy together hasta Chungking Express resulta hasta inaudito, grosero e injusto. No digo que fue una mala película, para nada, al contrario, fue divertida y tuvo muchos detalles cinematográficos muy buenos pero no logra ser una obra maestra. Mantiene los detalles característicos de su cine: ambiente melancólico, escenas a una velocidad indescifrable medio borrosas y el concepto de llaves dejadas en establecimientos comerciales. Tiene un elenco bárbaro: Jude Law en estado puro, Natalie Portman como siempre demostrando que no es tan solo una cara bonita, Norah Jones posiblemente en su mejor papel y Rachel Weisz derrochando sensualidad. Pero aunque suene contradictorio, los personajes presentados resultan en cierto punto hasta inverosímiles en una cultura occidental como la nuestra, probablemente en una cultura diferente, interpretados por asiáticos como lo habitual hubiera sido quizá más creíble y envolvente. Ese final feliz, predecible y forzado va en contra a la esencia de su cine. En verdad nunca se sintió romanticismo por parte de los protagonistas, lo que se sintió fue química de amigos, pero no se respiró amor y quizá eso es el peor desacierto que puede haber en una película como esta.
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