jueves, 24 de agosto de 2017

Living in Oblivion (1995)

Ninguna nominacion al Oscar.

Tom DiCillo probablemente en su mejor película nos sumerge en una serie de sucesos indescriptibles, relacionados con el mundo del cine, que cruzan la línea del ensueño con la pesadilla. Su visionado es un claro ejemplo de lo estresante y aterrador que puede ser filmar una y otra vez la misma escena, compartir escenario con seres nefastos y despreciables y perder las esperanzas. Por otro lado, resulta ser una sátira a los clichés que abundan en el séptimo arte. Imposible de olvidar aquella escena en que Peter Dinklage, actor que en el futuro iba llegar a la cúspide con su personaje de Tyrion Lannister en Game of Thrones, se niega a ser parte de una escena surrealista, preguntándose y haciendo reflexionar a los demás si en la vida real alguien sueña con un enano que aparece de una puerta multicolor en medio de la neblina con una manzana, dando una vuelta entera. Realmente una delicia, una experiencia de aquellas no solo por la presencia del gran Steve Buscemi, si no también por lo complejo de su guion y lo completo de su contenido. Hacía mucho tiempo que no veía una película tan aputamadrada como esta.

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